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Comentario del Evangelio según San Lucas 5, 17-26


Lunes II Semana

Tiempo de Adviento

7 de Diciembre de 2020

San Ambrosio, Obispo y Doctor de la Iglesia

Evangelio


Hoy hemos visto maravillas


+ Del santo Evangelio según san Lucas 5, 17-26


Un día Jesús andaba enseñando y estaban también sentados ahí algunos fariseos y doctores de la ley, venidos de todas las aldeas de Galilea, de Judea y de Jerusalén. El poder del Señor estaba con él para que hiciera curaciones.


Llegaron unos hombres que traían en una camilla a un paralítico y trataban de entrar, para colocarlo delante de él; pero como no encontraban por dónde meterlo a causa de la muchedumbre, subieron al techo y por entre las tejas lo descolgaron en la camilla y se lo pusieron delante a Jesús. Cuando él vio la fe de aquellos hombres, dijo al paralítico: “Amigo mío, se te perdonan tus pecados”.


Entonces los escribas y fariseos comenzaron a pensar: “¿Quién este individuo que así blasfema? ¿Quién, sino sólo Dios, puede perdonar los pecados?”. Jesús, conociendo sus pensamientos, les replicó: “¡Qué están pensando? ¿Qué es más fácil decir: ‘Se te perdonan tus pecados’ o ‘Levántate y anda’? Pues para que vean que el Hijo del hombre tiene poder en la tierra para perdonar los pecados –dijo entonces al paralítico-: Yo te lo mando: levántate, toma tu camilla y vete a tu casa”.


El paralítico se levantó inmediatamente, en presencia de todos, tomó la camilla donde había estado tendido y se fue a su casa glorificando a Dios. Todos quedaron atónitos y daban gloria a Dios, y llenos de temor, decían: “Hoy hemos visto maravillas”.



Comentario al Evangelio


El encuentro de Jesús con el paralítico de Cafarnaúm es un ejemplo del encuentro que Jesús desea tener con todos los hombres. Se trata de un encuentro con Él a través del sacramento de la Reconciliación o Confesión, que en este tiempo de preparación a la Navidad tiene un sentido privilegiado. Es necesario, entonces, que también nosotros estemos dispuestos a buscar y recibir el perdón sin importar los obstáculos, críticas o todo aquello que nos impida acercarnos a Él como lo hizo el paralítico del Evangelio con sus amigos. Ojalá podamos contar con amigos así.


Cfr. Actualidad Litúrgica n. 253.

Reflexionamos


· ¿Tienes amigos?

· ¿Les ayudas en todo?

· ¿A cuántos de ellos has acercado a Jesús?



Nos comprometemos


Responsabilidad: Ser responsable y obedecer aquello que nos promociona no implica dejarse dominar por quien dispone de mando sobre nosotros, sino colaborar con quien goza de autoridad, es decir: de poder de promoción.

Gustavo Villapalos y Alfonso López,

El libro de los valores, Ed. Planeta, 2001.



La responsabilidad del Médico


Toda actividad que tiene relación inmediata con la vida humana –nacimiento, muerte, cuidado de la salud…- implica un ahonda seriedad y responsabilidad. La vida es un don rebosante de misterio e inspira a toda persona mínimamente sensible un profundo respeto.


El juramento hipocrático


Juro por Apolo médico, por Asclepio, Higiea y Panacea, así como por todos los dioses y diosas, poniéndolos por testigos, dar cumplimiento en la medida de mis fuerzas y de acuerdo con mi criterio a este juramento y compromiso:

Tener al que me enseñó este arte en igual estima que a mis padres, compartir con él mi hacienda y tomar a mi cargo sus necesidades si le hiciera falta; considerar a sus hijos como hermanos míos y enseñarles este arte, si es que tuvieran necesidad de aprenderlo, de forma gratuita y sin contrato; hacerme cargo de la preceptiva, la instrucción oral y todas las demás enseñanzas de mis hijos, de los de mi maestro y de los discípulos que hayan suscrito el compromiso y estén sometidos por juramento a la ley médica, pero a nadie más.

Haré uso del régimen dietético para ayuda del enfermo, según mi capacidad y recto entender; del daño y la injusticia le perservaré.

No daré a nadie, aunque me lo pida, ningún fármaco letal, ni haré semejante sugerencia. Igualmente tampoco proporcionaré a mujer alguna un pesario abortivo. En pureza y santidad mantendré mi vida y mi arte.

No haré uso del bisturí ni aun con los que sufren del mal de piedra; dejaré esa práctica a los que la practican.

A cualquier casa que entrare acudiré para asistencia del enfermo, fuera de todo agravio intencionado o corrupción, en especial de tratos sexuales con las personas, ya sean hombres o mujeres, esclavos o libres.

Lo que en el tratamiento, o incluso fuera de él, viere u oyere en relación con la vida de los hombres, lo que no debe trascender jamás, lo callaré teniéndolo por secreto.

En consecuencia, séame dado, si a este juramento fuera fiel y no lo quebrantare, el gozar de mi vida y de mi arte, siempre celebrado entre todos los hombres. Más si lo transgredo y cometo perjurio, sea de esto todo lo contrario.

Hipócrates, en Antología de la literatura griega,

Alianza Editorial, 1995.





San Ambrosio, Obispo y Doctor de la Iglesia


Nació en Tréveris. Ambrosio era gobernador de Emilia y Liguria; vivía en Milán cuando fue elegido como obispo de esta ciudad (374). Es uno de los tipos más bien dibujados de pastor de almas. Resiste enérgicamente las usurpaciones del poder imperial y al mismo tiempo se dedica a catequizar al pueblo, comentando las Sagradas Escrituras y difundiendo los cánticos religiosos.




V. Continuaré, Oh Dios mío

R. ¡Haciendo todas mis acciones por tu amor!


V. San Juan Bautista de la Salle

R. ¡Ruega por nosotros!


V. Viva Jesús en nuestros corazones

R. ¡Por siempre!

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