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Comentario al Evangelio del 11 de mayo

Actualizado: 25 may 2020


Lunes V Semana

Tiempo de Pascua

11 de mayo de 2020


Evangelio

El Espíritu Santo, que mi Padre les enviará en mi nombre, les enseñará todas las cosas

+ Del santo Evangelio según san Juan 14, 21-26

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “El que acepta mis mandamientos y los cumple, ése me ama. Al que me ama a mí, lo amará mi Padre, yo también lo amaré y me manifestaré a él”.

Entonces le dijo Judas (no el Iscariote): “Señor, ¿por qué razón a nosotros sí te nos vas a manifestar y al mundo no?”. Le respondió Jesús: “El que me ama, cumplirá mi palabra y mi Padre lo amará y vendremos a él y haremos en él nuestra morada. El que no me ama no cumplirá mis palabras. Y la palabra que están oyendo no es mía, sino del Padre, que me envió.

Les he hablado de esto ahora que estoy con ustedes; pero el Paráclito, el Espíritu Santo que mi Padre les enviará en mi nombre, les enseñará todas las cosas y les recordará todo cuanto yo les he dicho”.

Comentario al Evangelio


Durante esta semana el evangelio nos hablará del discurso de Jesús en la Última Cena, que viene a ser como una despedida antes de su muerte y resurrección. El día de hoy nos invita a amarlo y seguir sus caminos, permaneciendo en Él. Es un proceso de seguimiento que implica conocimiento y amor. Conocerle y amarle para permanecer en Él. Es interesante ver que en este pasaje Jesús nos presenta al Espíritu Santo, Tercera Persona de la Santísima Trinidad, como Defensor, Maestro y Memoria.


Cfr. Actualidad Litúrgica n. 274.

Reflexionamos

  • ¿Cómo puedes permanecer unido a Jesús?

  • ¿En verdad crees en Él?

  • ¿Lo amas?

Nos comprometemos


Agradecimiento: «Sólo podemos ser agradecidos si no tenemos aversión a sentirnos deudores, por afán orgulloso de conservar nuestra total independencia respecto a los demás ».

Gustavo Villapalos y Alfonso López, (El libro de los valores, 2001).

Con su resurrección, Jesús nos invita a estar unidos a Él de una forma vital, quiere hacer su morada en nosotros, quiere vivir con nosotros. Dejándonos guiar por la acción del Espíritu Santo, Señor y Dador de vida.

La hormiga y la paloma

Una hormiga sedienta, que bajó a una fuente con la intención de beber, se estaba ahogando. Pero una paloma, posada en un árbol cercano, cortó una hoja y se la tiró, la hormiga se subió a ella y se salvó. Mas un pajarero, que andaba apostado y con los lazos preparados, quería capturar a la paloma. La hormiga salió y le mordió un pie. El pajarero, al sacudirse, movió los lazos y entonces la paloma escapó y se puso a salvo.

Incluso los más insignificantes son capaces de proporcionar grandes servicios a sus benefactores

Esopo, (Fábulas, 1978).

V. Continuaré, Oh Dios mío

R. ¡Haciendo todas mis acciones por tu amor!

V. San Juan Bautista de la Salle

R. ¡Ruega por nosotros!

V. Viva Jesús en nuestros corazones

R. ¡Por siempre!

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