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Foto del escritorLa Salle Nezahualcóyotl

¿Qué va a pasar?, o ¿qué sigue?

En diferentes charlas que hemos tenido con miembros de la comunidad estudiantil se repiten constantemente algunas preguntas como las siguientes: ¿qué va a pasar?, ¿qué sigue? Si nos detenemos un poco para analizar estas preguntas, encontramos que ellas brotan desde la incertidumbre que provoca la situación que estamos viviendo. Esta situación nos puede llevar a perder fuerzas, energías, esperanza e incluso el sentido de la existencia. Esto es preocupante.

Hoy queremos compartir contigo algo muy sencillo: tenemos que cambiar rápidamente nuestra actitud y forma de pensar si queremos salir adelante. Tenemos la posibilidad y capacidad de repensarnos y la capacidad de decidir que somos más que esta situación trágica que vivimos.

Algo que nos puede ayudar es buscar metas nuevas, y así renovar esa fuerza interior que nos impulse a perseguir nuevos sueños. Es decir, necesitamos tener un plan alterno cuando todo esto pase. Va a ver bajas, como en toda lucha, pero la esperanza de que saldremos adelante será nuestra certeza para estar en paz.


Quisiéramos hacer referencia a la vida de la comunidad de seguidores de Jesús, quienes, después de la aparente y trágica derrota de Aquél que consideraban el mesías, perdieron todos sus sueños. Podríamos afirmar que perdieron la capacidad de aquello que sabían hacer. El Evangelio de Juan presenta una escena donde Pedro y algunos discípulos vuelven a lo que sabían hacer: pescar. Pero en toda la noche no pescaron nada (Jn 21,3ss). Posiblemente, también experimentaron esto que hoy muchos de nosotros estamos viviendo: la incertidumbre, la cual nos lleva a no saber qué hacer y mucho menos pensar en el futuro. Los discípulos, muy posiblemente, se hicieron las mismas preguntas que muchos de nosotros nos seguimos haciendo hoy: ¿qué va a pasar?, ¿qué sigue?


Sin embargo, ante la incertidumbre, ante el sinsentido de la pérdida de horizonte, salieron adelante con una fuerza tal que cambiaron el mundo. Es decir, todo aquello recobró sentido a través de una certeza: la resurrección. El proyecto cobró sentido, las cosas se fueron dando y miles y miles se sumaron al proyecto hasta ser lo que hoy somos.


Tenemos que descubrir cuál es la fuerza que nos impulsará a seguir adelante y a esperar un mejor futuro. Debemos construir una certeza que nos saque de la incertidumbre que nos invade.

Como los discípulos, es tiempo de mostrar aquello de lo que estamos hechos. Es tiempo de tener esperanza, de soñar cosas nuevas; es tiempo de proyectar nuestros sueños y tomar decisiones que nos motiven a seguir adelante y, así, superar la incertidumbre que en muchos sentidos nos mata.


Tenemos dos opciones: quedarnos mirando cómo la trágica noticias nos invade y nos lleva a la incertidumbre, o mirar con ojos de fe lo que acontece para replantearnos nuestro ser y estar en el mundo y generar nuevas posibilidades de vida con los que nos rodean.

Si optamos por la segunda, mirar con ojos de fe, entonces la pregunta ¿qué va a pasar?, tomará otro sentido; sucederá que nuestras relaciones con los otros cambiarán y valoraremos más la vida; dejaremos de ser individualistas y aprenderemos a caminar todos juntos; un sinfín de posibilidades surgirán y posibilitarán un nuevo comienzo para la humanidad; vendrán nuevos proyectos, nuevos procesos en las relaciones humanas, nuevos valores.


Finalmente, tengamos la certeza que no estamos solos. Caminemos juntos; nunca más solos, siempre juntos; así será más fácil salir adelante. Cultivemos la esperanza que nos garantiza la paz.


Indivisa Manent

(permanezcamos unidos)


Formación Humana y Vida Interior

Universidad La Salle Nezahualcóyotl

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